Porque no sólo en los parajes inhóspitos de países desamparados se encuentra la belleza de un paisaje salvaje y agresivo.
También en los mundos del orden y la civilización se puede llegar a encontrar la abrumante calma que la belleza oculta produce ante los ojos de los humildes observadores dentro del caos y el desorden.
Tan sólo hay que abrir los ojos y la mente para deleitarse con cada situación de la vida cotidiana.
2 comentarios:
Amén hermano. En la tranquilidad del que produce el caos, una rayo de luz por la ventana nos ayuda a verlo todo mejor.
Está currado pero sois unos rayados!
Publicar un comentario